11 de diciembre de 16

 

El Milagro Mas Grande

Filipenses 2:5-11

 

Introducci—n

 

Nuestras escrituras presentan muchos milagros grabados a travŽs de los siglos.  Y hoy, queremos considerar el milagro mas grande de todos.

 

ŔPero cual es?  La creaci—n de todo el universo en seis d’as, y todo muy buen, lleno de maravillas y belleza, es un milagro, uno de los mas grande.  Pero no es el mas grande.

 

El mas grande de todos los milagros, el milagro que muchos Cristianos celebran en estas temporadas, est‡ presentada en nuestro texto.

 

5-6) Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo tambiŽn en Cristo Jesśs, el cual, siendo en forma de Dios, no estim— el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,

 

ŔQue est‡ diciendo esto?  Est‡ diciendo que Cristo es Dios, y que Cristo siempre ha sido Dios.  Est‡ diciendo, y ser‡ mas claro aun, que Cristo siempre exist’a como un miembro de la trinidad.

 

Y esto es el milagro mas grande, que celebramos en estas temporadas.  Que Dios, vino al mundo en carne y hueso.

 

Y es algo f‡cil de comprobar con otros pasajes.

 

Juan 17:5 Ahora pues, Padre, glorif’came tś al lado tuyo,

con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.

 

Cristo es Dios, y Cristo siempre ha sido Dios, pero lo que se celebre en la navidad, es que Dios vino al mundo en forma de carne.

 

Y es algo que estaba profetizado, anticipado desde el tiempo de Isa’as.

 

Estaba actualmente anticipado desde el tiempo de Eva, pero vamos ahora a Isa’as 9.

 

 

Isa’as 9:6 Porque un ni–o nos es nacido, hijo nos es

dado, y el principado sobre su hombro; y se llamar‡ su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Pr’ncipe de Paz.

 

Esto es el milagro mas grande.  ŔComo es posible que Dios pudo nacer como hombre?  ŔComo es posible que un ser puede existir como Dios y al mismo tiempo como hombre?

 

Esto ha producido un sin fin de misterios sobre lo cual los te—logos han luchado por los siglos.

 

5-6) Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo tambiŽn en Cristo Jesśs, el cual, siendo en forma de Dios, no estim— el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,

7) sino que se despoj— a s’ mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;

 

La navidad, especialmente la primera navidad, realmente es el evento mas importante de toda la historia del mundo.

 

Por esto, siempre ser‡ celebrada.  Aunque el mundo quiere tratar de contaminar la con sus carnalidades, su comercialismo, su comida y bebida excesiva, pausa de todos modos contemplando ese milagro, ser‡ irresistible para los Cristianos celebrar lo de alguna manera.

 

Aunque si es, para algunos, simplemente una celebraci—n de los misterios teol—gicos.

 

Cristo despoj— a s’ mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres.

 

Y hay que notar que no tom— un cuerpo como el de Ad‡n el original, que era completamente sin debilidad, sino que tom— un cuerpo mas como lo nuestro.

 

Romanos 8:3    Porque lo que era imposible para la ley,

por cuanto era dŽbil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, conden— al pecado en la carne.

 

Cristo tom— un cuerpo como lo nuestro, dŽbil, pero en su caso, sin pecado.   ŔPorque no tom— un cuerpo mas gloriosos como el de Ad‡n?

 

Es que Cristo tenia que ocupar un cuerpo susceptible a toda forma de tentaci—n, para cumplir su gran tarea, con Žxito.

Hebreos 4:15   Porque no tenemos un sumo sacerdote que no

pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo segśn nuestra semejanza, pero sin pecado.

 

Cristo tom— un cuerpo, para llevar acabo una tarea, y normalmente no entendemos la magnitud de esa tarea.  Es cierto que Cristo vino para salvar nos de nuestros pecados, y esto es algo muy glorioso para nosotros, pero hay much’simo mas.

                                                

1 Juan 3:8 El que practica el pecado es del diablo;

porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareci— el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo.

 

Cristo vino para salvar, si, pero tambiŽn para atacar, y deshacer las obras del diablo.  Por esto el hijo de Dios tom— un cuerpo, con sus limitaciones, para acabar con Satan‡s.

 

Hebreos 2:14   As’ que, por cuanto los hijos participaron

de carne y sangre, Žl tambiŽn particip— de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que ten’a el imperio de la muerte, esto es, al diablo.

 

El diablo ahora, es un ser derrotado, sin imperio.

 

8) y estando en la condici—n de hombre, se humill— a s’ mismo, haciŽndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

 

Continuando con el gran milagro, Cristo vino del lugar de toda gloria.  Simplemente tomar un cuerpo de carne era una humillaci—n.  Llegar al mundo como un don nadie, para nacer en un pesebre tambiŽn era una humillaci—n.

 

Ser perseguido por Herodes, saliendo a Egipto para esconder se era otra humillaci—n.

 

Vivir en una familia de pobres era otra humillaci—n.

 

Lucas 2:22-24  Y cuando se cumplieron los d’as de la

purificaci—n de ellos, conforme a la ley de MoisŽs, le trajeron a JerusalŽn para presentarle al Se–or

 

 

 

(como est‡ escrito en la ley del Se–or: Todo var—n que abriere la matriz ser‡ llamado santo al Se–or , y para ofrecer conforme a lo que se dice en la ley del Se–or: Un par de t—rtolas, o dos palominos.

 

En la ley de MoisŽs, dos p‡jaros era la ofrenda para los muy pobres, que no pudieron alcanzar los gastos para un animal normal.

 

Cristo vino para sufrir humillaci—n tras humillaci—n hasta llegar a la humillaci—n mas grande, su muerte en la cruz, que era una victoria en que se corto la cabeza de Satan‡s, hablando metaf—ricamente, se corto la cabeza de Satan‡s con su propia espada, como David cortaba, la de Goliat.

 

9) Por lo cual Dios tambiŽn le exalt— hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,

 

Esto es parte de lo que Cristo nos ense–— con su encarnaci—n.  Antes de la honra, viene la humillaci—n.

 

La historia de la navidad, es una historia de un humilde.

Y el resultado de su humildad era una exaltaci—n inimaginable.

 

En el tiempo de MoisŽs, el nombre grande era el del fara—n.

En el tiempo del nacimiento de Cristo, el nombre mas exaltado era el del Cesar.

 

En la cultura de los egipcios el fara—n era como un dios.

En Roma, el Cesar era como un dios, y actualmente hab’a una religi—n que adoraba al emperador.

 

TambiŽn vimos en el libro de Daniel que Alejandro Magno, despuŽs de sus conquistas, deseaba ser tratado como un dios.

 

Pero ninguno de estos emperadores humanos eran humildes.  Cristo vino, tomando carne.  Cristo vino como el Dios verdadero, dios en carne para acabar para siempre con la prepotencia de los hombres orgullosos.

 

Y como dice en el Salmo dos, los que no quieren aprender de la humildad de Cristo, el Rey verdadero, pueden enfrentar la destrucci—n del Padre.  Esto est‡ muy claro en el segundo salmo, que voy a leer, porque es muy relevante a este gran milagro.

Salmos 2  ŔPor quŽ se amotinan las gentes,

    Y los pueblos piensan cosas vanas?

 

Se levantar‡n los reyes de la tierra,

Y pr’ncipes consultar‡n unidos

Contra Jehov‡ y contra su ungido, diciendo:

 

Rompamos sus ligaduras,

Y echemos de nosotros sus cuerdas.

 

El que mora en los cielos se reir‡;

El Se–or se burlar‡ de ellos.

Luego hablar‡ a ellos en su furor,

Y los turbar‡ con su ira.

 

Pero yo he puesto mi rey

Sobre Sion, mi santo monte.

 

Yo publicarŽ el decreto;

Jehov‡ me ha dicho: Mi hijo eres tś;

Yo te engendrŽ hoy.

 

P’deme, y te darŽ por herencia las naciones,

Y como posesi—n tuya los confines de la tierra.

 

Los quebrantar‡s con vara de hierro;

Como vasija de alfarero los desmenuzar‡s.

Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes;

Admitid amonestaci—n, jueces de la tierra.

 

Servid a Jehov‡ con temor, Y alegraos con temblor. Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezc‡is en el camino; Pues se inflama de pronto su ira. Bienaventurados todos los que en Žl conf’an.

 

Cristo vino a este mundo, tomando carne y sangre, en humillaci—n para salvar nos de nuestros pecados.  Pero hermanos esto no es todo, hay much’simo mas involucrado en esa batalla c—smica.

 

10-11) para que en el nombre de Jesśs se doble toda rodilla de los que est‡n en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Se–or, para gloria de Dios Padre.

 

Es bueno recibir a Cristo voluntariamente cuando escuches el evangelio.  Pero tarde o temprano todos van reconocer la autoridad de Cristo, si quieren o no.

Es que Cristo no es solamente uno que vino para salvar a los pecadores miserables de sus pecados, sino que Cristo vino para ser rey de reyes y Se–or de se–ores.

 

Apocalipsis 17:14    Pelear‡n contra el Cordero, y el

Cordero los vencer‡, porque Žl es Se–or de se–ores y Rey de reyes; y los que est‡n con Žl son llamados y elegidos y fieles.

 

Apocalipsis 19:16    Y en su vestidura y en su muslo tiene

escrito este nombre: REY DE REYES Y SE„OR DE SE„ORES.

 

El punto de todo esto, considerando el milagro mas grande, es entender y celebrar que aunque la salvaci—n de nuestros pecados es sumamente importante, y gloriosa para nosotros, esto no es todo lo que Cristo vino para hacer.

 

------------------------- Doctrina ---------------------

 

Concluyendo, quiero mostrar como la venida de Cristo tiene un impacto mas amplio que nuestra salvaci—n personal.

 

Regresando a Isa’as 9, se puede ver que la llegada de Cristo tiene que ver con todo lo que pasa en este mundo.

 

Isa’as 9:6-7   Porque un ni–o nos es nacido, hijo nos es

dado, y el principado sobre su hombro; y se llamar‡ su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Pr’ncipe de Paz.

 

Lo dilatado de su imperio y la paz no tendr‡n l’mite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiŽndolo y confirm‡ndolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehov‡ de los ejŽrcitos har‡ esto.

 

Cristo tiene un imperio, como el cesar tenia su imperio en Roma, como Alejandro Magno tenia su imperio, o como el fara—n tenia su imperio o hasta Nabucodonosor, que tambiŽn llevaba el nombre Ňrey de reyesÓ.

 

Pero todos estos prepotentes antiguos ten’an imperios mundanos que llegaban a su fin.

 

Isa’as dice que el imperio de Cristo, o sea su reino va a crecer y crecer y no tendr‡ fin.

Lo dilatado de su imperio y la paz no tendr‡n l’mite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiŽndolo y confirm‡ndolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehov‡ de los ejŽrcitos har‡ esto.

 

Dice que el reino de Cristo seria confirmado en juicio y en justicia.  Porque solamente Dios sabe lo que realmente es bueno o malo.

 

Los gobiernos modernos est‡n muy confundidos, porque no tienen ningśn est‡ndar de moralidad o de justicia.  A veces se pueden coincidir con lo que Dios ha dicho, pero a veces no.

 

Isa’as anticipaba todo esto y lo conden— fuertemente.

 

Isa’as 5:20-21 !!Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a

lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!

 

!!Ay de los sabios en sus propios ojos, y de los que son prudentes delante de s’ mismos!

 

Las escuelas y los gobiernos que ense–an en contra de los preceptos del Rey de reyes y el Se–or de se–ores, van a sentir la maldici—n de Dios.

 

Es imposible rechazar la autoridad de Cristo con impunidad.  A veces Dios est‡ paciente por un rato, pero tarde o temprano todos estos rebeldes van a caer.

 

Sean personas, sean familias, sean escuelas o sean gobiernos.  No hay manera de rechazar la autoridad del Rey sin costo.

 

------------------------- Aplicaci—n ---------------------

 

1) La aplicaci—n mas obvia para nosotros en la encarnaci—n de Cristo es una actitud de humildad.  Est‡ aqu’ en el principio de nuestro texto.

 

5-6) Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo tambiŽn en Cristo Jesśs, el cual, siendo en forma de Dios, no estim— el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,

 

 

La humildad, la disponibilidad hasta de sufrir, estaba en Cristo, y esto tambiŽn debe de estar dentro de nosotros.

 

Un poco antes, en el mismo capitulo se ve que todo esto vino del tema que Pablo estaba ense–ando.

 

Filipenses 2:3 Nada hag‡is por contienda o por vanagloria;

antes bien con humildad, estimando cada uno a los dem‡s como superiores a Žl mismo;

 

ŔHermano, hay paz en tu casa?  ŔO aun estas viviendo entre contiendas?

 

Romanos 12:16-17     Un‡nimes entre vosotros; no altivos,

sino asoci‡ndoos con los humildes. No se‡is sabios en vuestra propia opini—n.

 

No paguŽis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres.

 

Viviendo as’, estamos avanzando el reino de Cristo en el mundo.  Cuando otros vean la humildad verdadera en tu familia, en tu vida, van a saber que tu fe es verdadera, y esto ser‡ una atracci—n para ellos.

 

Cristo se humill— delante de su padre, y como resultado estaba sumamente exaltado.  Santiago dice que algo semejante puede pasar contigo.

 

Santiago 4:6   Pero Žl da mayor gracia. Por esto dice:

Dios resiste a los soberbios, y da gracia a

los humildes.

 

Santiago 4:10  Humillaos delante del Se–or,

y Žl os exaltar‡.

 

El diablo y los suyos, vivan en la arrogancia y en el orgullo, exaltando se mas y mas. 

 

Se tratan de dar la impresi—n de que esto es el camino al Žxito.  Pero es mentira.  Los servidores de Satan‡s, con sus carteles, su pornograf’a, su inmoralidad y sus vicios pueden prosperar por un rato, pero de repente estar‡n cortados.

 

2) El ultimo punto en el gran milagro es que Cristo vino para servir.  Vino a servir a su padre por mas dif’cil y doloroso que sea.

Cristo vino como rey, hasta los reyes magos sab’an esto, pero no empez— como un rey.

 

Mateo 20:28    Como el Hijo del Hombre no vino para ser

servido, sino para servir, y para dar su

vida en rescate por muchos.

 

Y toca a cada uno de nosotros encontrar c—mo podemos servir en el reino de Cristo.

 

Cada persona tiene diferentes dones y diferentes intereses, pero hay servicio para todos en el reino de Cristo. 

 

No olvides, que segśn Isa’as, Cristo tiene un imperio aqu’ en este mundo, y ese impero anda creciendo, y va a permanecer, hasta el fin del mundo.

 

Y hay para cada persona una tarea, o varias, que ser‡n para ti, interesante y emocionante.

 

Hay necesidad de maestros, de administradores, de misioneros, de evangelistas, de personas que llaman a los hermanos que est‡n sufriendo, o faltando en su asistencia.

 

Cristo no te ha llamado solamente para observar y aprender, sino para participar y ayudar en avanzar su domino en el mundo.

 

Si tu aun no has descubierto, cual es tu parte en ese gran reino de Cristo, la tarea que solamente tu puedes cumplir, puedes pasar en unos momentos y queremos orar para ti.

 

La obra de Cristo est‡ creciendo alrededor del mundo, y va a continuar en su Žxito.  Hay oposici—n, como siempre, y habr‡ oposici—n hasta el fin, pero para los que quieren, se pueden aprender todo lo que necesitan para servir como un soldado exitoso en esa gran batalla. 

 

Romanos 12:1-2 As’ que, hermanos, os ruego por las

misericordias de Dios, que presentŽis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.

 

No os conformŽis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovaci—n de vuestro entendimiento, para que comprobŽis cu‡l sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.    Vamos a orar.