6 de octubre de 17

Morando Entre Los Sabios

Proverbios 15:18-33

 

Mas y mas en este libro de los Proverbios, es evidente que Salom—n nos est‡ llamando a una vida mas elevada, a una vida con menos frustraci—n, a una vida superior.

 

Es que Žl mismo recibi— un don potente de la sabidur’a, y en amor, estaba dispuesto a compartir lo con nosotros.

 

18) El hombre iracundo promueve contiendas;

Mas el que tarda en airarse apacigua la rencilla.

 

La segunda mitad del capitulo empieza como la primera.

Proverbios 15:1 La blanda respuesta quita la ira;

Mas la palabra ‡spera hace subir el furor.

 

Para morar entre los sabios, uno tiene que aprender el dominio propio.  Y la capacidad de aprender esto es uno de los dones del Esp’ritu, a veces est‡ llamad la templanza.

 

G‡latas 5:22-23 Mas el fruto del Esp’ritu es amor, gozo,

paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,  mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.

 

Pero si uno no quiere aprender esto, y anda produciendo contiendas en todos lados, no ser‡ bienvenido en las vidas de otros.  Durante los tiempos festivitos, se van a buscar pretextos, para no invitar te.

 

Pero hay algo peor en todo esto, y es que te puedes terminar morando con otros, en vez de con los sabios.

 

Efesios 4:26-27 Airaos, pero no pequŽis; no se ponga el

sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo.

 

Si tu enojo anda causando heridos en otros, y por tu orgullo, no puedes buscar la reconciliaci—n r‡pida, te puedes dar lugar al diablo.

 

Es una fuerte amonestaci—n, como en una de las par‡bolas de Cristo, por falta del perd—n, te puedes terminar con los verdugos.

19) El camino del perezoso es como seto de espinos;

Mas la vereda de los rectos, como una calzada.

 

Otra vez, la diligencia.  Pero aqu’ dice que morando entre los sabios, es normal progresar, porque los sabios van a estudiar, van a empezar sus tareas, no viendo obst‡culos.

 

Proverbios 26:13     Dice el perezoso: El le—n est‡ en el

camino; El le—n est‡ en las calles.

 

El perezoso vea obst‡culos en todos lados, y no puede ni empezar ni progresar porque, para Žl, todo parece imposible.

 

Siempre tiene un pretexto para no empezar.

 

EclesiastŽs 11:4     El que al viento observa, no sembrar‡;

y el que mira a las nubes, no segar‡.

 

El que es sabio, si tiene trabajo, va a subir y empezar.  El hecho de que hay nubes, no quiere decir, necesariamente que va a llover.  Y si por lo menos te empeces, puedes lograr algo, antes que viene la lluvia.

 

19) El camino del perezoso es como seto de espinos;

Mas la vereda de los rectos, como una calzada.

 

Hay otro punto sutil en este proverbio.  Est‡ ense–ando que el opuesto de un perezoso, es un recto.  Con la implicaci—n de que es pecado, siempre intentar evitar el trabajo.

 

Y por supuesto no aplicamos esto solamente al trabajo, natural, sino al trabajo espiritual, tambiŽn, especialmente para los que tienen hijos, creciendo en esa cultura oscura.

Es importante empezar la ense–anzas B’blicas y no simplemente buscar pretextos.

 

20) El hijo sabio alegra al padre;

Mas el hombre necio menosprecia a su madre.

 

Los padres normalmente inviertan mucho en las vidas de sus hijos.  Y cuando salgan bien, es un gozo.  pausa Claro, se siente alegre viendo a tus hijos avanzando en sus estudios, o en los deportes, o tal vez en la mœsica, pero mas que nada en su relaci—n con el Se–or.

 

Si abandonan la vida santa para entregarse a las perversiones del mundo, es B’blico decir que un joven menosprecia a su madre.

20) El hijo sabio alegra al padre;

Mas el hombre necio menosprecia a su madre.

 

Preguntando al joven, al hombre, de sus sentimientos hacia su madres, a lo mejor se dir’a, ÒÁNo, mil veces no, yo no menosprecio a mi madre, sino que la amo!Ó

 

Pero el hecho de que est‡ entregando su vida a la maldad es evidencia del contrario.

 

21) La necedad es alegr’a al falto de entendimiento;

Mas el hombre entendido endereza sus pasos.

 

Esto es un motivo mas de realmente participar en el desarrollo espiritual de tus hijos.  Si crece uno como necio, no entendiendo casi nada de la Biblia, o si forma sus conceptos de la vida por las escuelas del gobierno, y por sus amigos que tambiŽn son ignorantes, entonces puede ser la alegr’a, el gran gozo para ellos provocar el Dios tres veces santo, con su necedad.

 

Van a vivir pensando que la œnica manera de disfrutar la vida, es quebrantar la Santa Ley de Dios, y esto constantemente.

 

22) Los pensamientos son frustrados donde no hay consejo;

Mas en la multitud de consejeros se afirman.

 

Esto es otra ense–anza para los orgullosos.  A veces por orgullo, no queremos pedir ayuda.

 

Pero tambiŽn puede ser una caracter’stica del flojo, no investigar el asunto.

 

Hoy en d’a cuando uno tiene una pregunta sobre un asunto tŽcnico, se puede normalmente encontrar respuestas r‡pidas en el Internet.

 

Yo he encontrado ayuda con problemas de la electricidad, o hasta problemas del caro, buscando brevemente en el Internet.

 

Pero tienes que tomar el tiempo, o pedir ayuda en como investigar, si no sabes ya.

 

22) Los pensamientos son frustrados donde no hay consejo;

Mas en la multitud de consejeros se afirman.

 

 

Por supuesto esto tiene aplicaci—n espiritual tambiŽn.

 

Para avanzar espiritualmente nosotros tenemos consejeros, como Mateo, Pablo, Pedro, Santiago, o como en este estudio tenemos a Salom—n, y en otros lugares David, o hasta MoisŽs.

 

Pasando tiempo con estos, estaremos morando con los sabios.

 

Y si sabes c—mo buscar y comprar lo bueno, los hermanos siempre han empleado libros buenos aparte de la Biblia, por autores Cristianos que ense–an bien.

 

San Pablo estaba tan ocupado que a veces se dej— cosas en las casas de otros.

 

2 Timoteo 4:13 Trae, cuando vengas,

               el capote que dejŽ en Troas en casa de Carpo,

               y los libros, mayormente los pergaminos.

 

Pablo no perd’a su tiempo, estaba en mucha oraci—n, y cuando estaba solo, en la noche o en la ma–ana tenia sus libros sobre diferentes temas.

 

Siendo maduro en la fe, pudo hasta leer los famosos entre los incrŽdulos para citar las, en sus predicaciones.

 

Hechos 17:26-28 Y de una sangre ha hecho todo el linaje

de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los l’mites de su habitaci—n; para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no est‡ lejos de cada uno de nosotros.

 

Porque en Žl vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas tambiŽn han dicho: Porque linaje suyo somos.

 

Como todo bien misionero, Pablo aprend’a algo de la cultura, de los que deseaban alcanzar para Cristo.

 

Todos estos son ejemplos de emplear los consejos de otros.

 

Proverbios 24:6 Porque con ingenio har‡s la guerra,

        Y en la multitud de consejeros est‡ la victoria.

23) El hombre se alegra con la respuesta de su boca;

Y la palabra a su tiempo, !!cu‡n buena es!

 

La persona que vive estudiando, o por libros o por otros medios, puede dar a veces una respuesta bien adaptada a la situaci—n.

 

Pero los que gastan todo su tiempo, con la televisi—n, con la mœsica, los deportes o con el Face Book, no dar‡n la impresi—n de que han morado con los sabios.

 

24) El camino de la vida es hacia arriba al entendido,

Para apartarse del Seol abajo.

 

Nosotros hemos sido llamados a una vida diferente, de la de los mundanos.  Nuestros pensamiento son sobre las cosas arribas.

 

Colosenses 3:2 Poned la mira en las cosas de arriba,

no en las de la tierra.

 

Tuvimos un buen ejemplo de esto en lo que pas— en Las Vegas el domingo pasado.  Todo era muy triste y bastante tr‡gico.

 

Pero dicen que muchos de los que estaban asistiendo a ese concierto eran creyentes, seguidores de Cristo.

 

Y tengo que preguntar:  ÀEs realmente un lugar para Cristianos, en el d’a del Se–or, a las diez de la noche, asistir a un concierto mundano en la ciudad de Las Vegas?

 

Estamos llegando a los tiempos en que, hasta es peligroso, no estar un poco separado de las actividades de los mundanos.

 

Apocalipsis 18:4     Y o’ otra voz del cielo, que dec’a: Salid

de ella, pueblo m’o, para que no se‡is part’cipes de sus pecados, ni recib‡is parte de sus plagas.

 

Cuando las plagas est‡n cayendo sobre Babilonia, toca a nosotros morar con los sabios, y no con los que sufren los juicios de Dios.

 

25) Jehov‡ asolar‡ la casa de los soberbios;

Pero afirmar‡ la heredad de la viuda.

Ahora dice que la casas de los soberbios no ser‡n protegidas, pero la casa de la viuda, s’.  Especialmente la viuda creyente.

Dios tiene un cuidado especial para los huŽrfanos, las viudas y los extranjeros.  Los que moran con los sabios, jam‡s van a abusar ninguno de ellos, sino ayudar les.

 

ƒxodo 22:21-24 Y al extranjero no enga–ar‡s ni angustiar‡s,

porque extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto.

 

A ninguna viuda ni huŽrfano afligirŽis.

 

Porque si tœ llegas a afligirles, y ellos clamaren a m’, ciertamente oirŽ yo su clamor;  y mi furor se encender‡, y os matarŽ a espada, y vuestras mujeres ser‡n viudas, y huŽrfanos vuestros hijos.

 

25) Jehov‡ asolar‡ la casa de los soberbios;

Pero afirmar‡ la heredad de la viuda.

 

ÀPero quienes son los soberbios aqu’?  Los que creen que se pueden vivir bien, ignorando los preceptos de Dios.

 

26) Abominaci—n son a Jehov‡ los pensamientos del malo;

Mas las expresiones de los limpios son limpias.

 

Aqu’ te vez que hasta los pensamientos de los malos son una irritaci—n constante para Dios.

 

Esto es lo que ayud— a provocar el diluvio en los tiempo de MoisŽs.

 

GŽnesis 6:5    Y vio Jehov‡ que la maldad de los hombres era

mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del coraz—n de ellos era de continuo solamente el mal.

 

Y el mismo puede pasar hoy en d’a, si uno rechaza las escrituras, o simplemente las ignoran.   Si su mente est‡ llena de los conceptos de la televisi—n, la radio, el cine mundano, y lo que se ense–an en las escuelas del gobierno, se puede f‡cilmente irritar a Dios con cada pensamiento.

 

Pero nosotros estamos llamados a pensamientos limpios, morando con los sabios.

 

26) Abominaci—n son a Jehov‡ los pensamientos del malo;

Mas las expresiones de los limpios son limpias.

 

27) Alborota su casa el codicioso;

Mas el que aborrece el soborno vivir‡.

 

Uno puede pensar que bendecir‡ a su casa con sus negocios il’citos, de la pirater’a, o de la venta de drogas, o el robo.

 

Pero en realidad, su casa ser‡ alborotada por la maldici—n de Dios como hemos aprendido en casi cada capitulo.

 

Proverbios 3:33 La maldici—n de Jehov‡ est‡ en la casa

                     del imp’o, Pero bendecir‡ la morada de

los justos.

 

Los justos vivan por principios B’blicos y no solamente por el dinero.

 

28) El coraz—n del justo piensa para responder;

Mas la boca de los imp’os derrama malas cosas.

 

Esto es otro beneficio de morar con los sabios.

 

Pero un malvado puede derramar malas cosas por su boca, sin entender que est‡ destruyendo a si mismo.

 

29) Jehov‡ est‡ lejos de los imp’os;

Pero Žl oye la oraci—n de los justos.

 

Hay muchas religiones en el mundo que supuestamente oran a un Dios, pero mientras se rechazan la redenci—n en Cristo, Dios no estar‡ atento a sus peticiones, sino que ser‡ muy lejos de ellos.

 

29) Jehov‡ est‡ lejos de los imp’os;

Pero Žl oye la oraci—n de los justos.

 

Nadie ni puede venir a Dios, si no viene por medio de la sangre de Cristo.

 

Juan 14:6 Jesœs le dijo: Yo soy el camino,

y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por m’.

 

Por esto es normal sentir lastima para los que andan atrapados en las religiones falsas, y orar por ellos, y hasta ayudar a los misioneros, si esto est‡ en tu alcance.

 

 

29) Jehov‡ est‡ lejos de los imp’os;

Pero Žl oye la oraci—n de los justos.

 

Pero si estamos morando con los sabios, avanzando en la vida limpia, santa, seremos escuchado, orando.

 

Santiago 5:16  Confesaos vuestras ofensas unos a otros,

y orad unos por otros, para que se‡is sanados. La oraci—n eficaz del justo puede mucho.

 

30) La luz de los ojos alegra el coraz—n,

Y la buena nueva conforta los huesos.

 

Cuando los ojos de tu esp’ritu pueden ver la verdad de Dios, en su palabra, ser‡ una alegr’a para ti, y el evangelio, que habla de la muerte de Cristo, en tu lugar, ser‡ la buena nueva.

 

31) El o’do que escucha las amonestaciones de la vida,

Entre los sabios morar‡.

 

Aqu’ est‡ muy clara, como entramos en la compa–’a de los sabios, para morar con ellos.

 

Hay que escuchar las amonestaciones, si vienen de la Palabra, si para un joven, se vienen de sus padres, u otras autoridades validas de sus vidas.

 

Es importante considerar las correcciones, las criticas de otros, y no siempre responder pensando, ÒEsto ya lo se, siempre he conocido estoÓ.

 

Y es importante no enojar te, cuando alguien tiene que corregir tu comportamiento.

 

Salmos 141:5   Que el justo me castigue, ser‡ un favor,

Y que me reprenda ser‡ un excelente b‡lsamo

Que no me herir‡ la cabeza.

 

32) El que tiene en poco la disciplina menosprecia su alma;

Mas el que escucha la correcci—n tiene entendimiento.

 

Esto es mas sobre el respeto, y la honra que los sabios tienen por la palabra de Dios.  Aunque hay cosas en ella que son bien profundas, aun as’, intentamos obedecer todo lo que podemos asimilar.

 

 

33) El temor de Jehov‡ es ense–anza de sabidur’a;

Y a la honra precede la humildad.

 

Morando entre los sabios, empezamos con la humildad, reconociendo que hay cosas que tenemos que aprender.

 

Pero morando entre ellos, otros ver‡n que, de repente estamos pensando como ellos.

 

Proverbios 13:20     El que anda con sabios, sabio ser‡;

Mas el que se junta con necios ser‡ quebrantado.

 

------------------------ Conclusi—n ------------------------

 

Si es tu deseo, hermano, morar con los sabios, aprender el arte del dominio propio, y ganar las batallas con la carne, entonces queremos orar para ti.

 

Los mundanos pueden hablar de su sabidur’a, pero es simplemente un enga–o.

 

Santiago 3:13-15     ÀQuiŽn es sabio y entendido entre

vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre.

 

Pero si tenŽis celos amargos y contenci—n en vuestro coraz—n, no os jactŽis, ni mint‡is contra la verdad; porque esta sabidur’a no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diab—lica.

 

ÀTienes tu contenci—n en tu casa, tan r‡pido, despuŽs del d’a de la santa cena?  Si es as’, tal vez est‡ siguiendo una sabidur’a, falsa, mundana, diab—lica.

 

Pero si quieres la sabidur’a limpia, verdadera, puedes pasar en unos momentos, y oraremos para ti.

 

                          Vamos a Orar